Mirando en el espejo
Paul Ravenhill




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¿Cuánto hemos negado en nuestra generación la dimensión espiritual del hombre?

¿Cuánto hemos negado las vastas áreas de conocimiento espiritual que solo puede conocerse por un caminar en ellas a través del dolor, anhelo, búsqueda y cuestionar de nuestras propias experiencias?

Parece que hoy hemos reducido toda la vida espiritual a un simple proceso de "seguir las reglas" - y que hemos limitado la inmensidad de la vida del alma a un proceso como el de los ratones de laboratorio que aprenden a recorrer un laberinto apretando botones para abrir puertas.

Parece que hoy estamos trocando la gloria por un escapar del dolor. ¿Es nuestra meta evitar pagar el precio sin importar lo que perdemos?

Si no entendemos, si no participamos de la dimensión espiritual, la vida llega a ser un proceso mecánico - obras mecánicas que crecen en nuestro consciente hasta que llegan a ser la razón de la existencia.

¿Qué de "la noche oscura del alma"?
¿Qué del Dios de los Salmos - aquel que lleva los suyos por fuego y por sangre - y el dolor del vacío total y de la desesperación?
¿Qué del Dios cuyos tesoros son de demasiado valor como para entregarlos tan livianamente como nosotros quisiéramos creer?

Dios desea que conozcamos Su gloria, pero también desea que sepamos que el camino de Su Espíritu no puede ser aprendido por la mente ni por ningún tipo de teoría mecánica.

El mundo de Dios es un mundo espiritual y empezamos entender el camino espiritual que nos conduce allí al llegar a lugares donde todas nuestras teorías no dan respuesta. Unicamente llegando al lugar donde "solo Dios queda" podemos empezar a hallar aquella esfera mas alta donde El vivifica y donde El enseña.

"Venga Tu Reino en la tierra" es, creo, no solamente para el mundo alrededor sino para la tierra que somos nosotros - ¡nuestras vidas! Cuando El derrama la Luz de Su Presencia dentro nuestro entonces podemos levantarnos y resplandecer en este mundo que nos rodea.

En la medida que nuestro deseo nos lleva a esforzarnos a través de la oscuridad de cosas aun no manifiestas, Dios nos hará saber, en lo profundo de nuestro interior, cuán seguro es Su gracia, cuán cierto es Su cumplimiento. Lo que nosotros somos, lo que nuestro mundo es, desaparecerá a medida que nos hallemos en El y el Dios que hemos conocido "grabado en palabras y teorías" desaparecerá dando lugar a la visión de la realidad de Su gloria.


Copyright ©1998 por Paul Ravenhill

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