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Me pregunto hasta qué punto somos nosotros en la iglesia parecidos a este hombre. Hacemos, como si fuera en papel, dibujitos, figuritas de cosas espirituales, pero en realidad... en experiencia... no lo estamos experimentando. Si es verdad que conocer a Dios es vida, y lo es, es igualmente verdad que el conocimiento de las cosas de Dios, sin la participación plena de estas cosas, es frustración y muerte.
Mi padre solía citar la declaración de un amigo suyo, "El hombre con una experiencia nunca estará a la merced de un hombre con un argumento."
"El pueblo que conoce a Su Dios se esforzara y hará proezas."
Hermanos, es hora de extendernos a las cosas que "Dios ha preparado" para nosotros.
Cosas concebidas en el corazón de Dios. No quedemos cortos de la meta del llamado.
Copyright ©1999 por Paul Ravenhill Homepage Mensajes Reflexión Máximas Archivo Inglés E-Mail
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