¿De dónde proviene la vida?
Paul Ravenhill

"Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan. 8:32)

La medida de nuestro conocimiento es la medida de nuestra libertad.
¿Cuánto conocemos de los procesos de la vida?
¿Cuánto conocemos del obrar de la muerte?

La humanidad parece estar continuamente ocupada en una búsqueda de lo extraordinario, y cayendo contantemente en la trampa de indagar en estas cosas para hallar el propósito de la vida. Escuchamos portentos de conflictos internacionales, de posibles desastres financieros, de señales de eventos cataclismos y... perdemos lo presente mientras miramos el futuro.

Por cierto, suceden cosas fuera de lo común, pero creo que es en los pequeños "procesos a nivel molecular" de la vida diaria que nuestros destinos se forjan. El poder de un tremendo huracán, o terremoto, no se puede comparar con la fuerza constante de la naturaleza en el girar de las estaciones del año. Piensa de la primavera, que hace que billones de plantas broten de pronto con vida en todo el hemisferio.

En días pasados la iglesia ha mirado aterrorizada mientras los ministros predicaban con pasión acerca de los peligros de... Hitler... Mussolini... comunismo... Hemos visto indicaciones del fin del mundo y formulamos teorías y las proclamamos como la verdad de Dios para la iglesia - pero el avance de los años han probado que eran solo un espejismo.

Por otro lado hemos visto u oído de nuevos moveres de Dios... y corrido tras estas manifestaciones como respuesta a nuestras necesidades - solamente para verlos retroceder como la marea del mar.

          ¿Cuál es la respuesta?

"El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará."
La única cosa que pasará la prueba del tiempo es la vida de Dios dentro nuestro.

          Necesitamos entender esto acerca del obrar de la Vida y de la muerte:
                    Si nos alejamos de Dios, El nos deja marchitar
                              y "caemos... como la hoja." (Isaías 64:6)
                    Si estamos en comunión con Dios somos "como
                              árbol plantado junto a corrientes de aguas." (Salmos 1:3)

No hay por qué temer los eventos cataclísmicos en el mundo en derredor tanto como hay que temer el marchitar que toma lugar en nuestras vidas cuando no estamos en el lugar de renovación constante.

No necesitamos buscar tanto el último "mover de Dios" como necesitamos buscar estar en contacto con Su Presencia Creativa.

      Este es el lugar donde el río de Dios y la plenitud de la eternidad
         están dadas sin medida.
      Este es el lugar donde nuestras preguntas encuentran respuestas y
         nuestros anhelos satisfacción.
      Este es el lugar donde escapamos del poder de la muerte, y

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