Cual te he Visto en el Santuario tomado de un mensaje de Paul Ravenhill | ||
Vivimos en un día de mediocridad espiritual.
¿A dónde nos lleva todo esto?
En Salmo 63 David clama en el desierto… (no en el templo, no desde el trono)
Cuan cierto es aquello de, "vivir sin pena es morir sin gloria"
Vivimos en un día cuando la iglesia quiere sentirse realizada. La frustración es el estado del hombre, aun dentro de la iglesia en general. Con cualquiera que hablemos siempre está, mezclado con melancolía más que con fe, el elemento de lo que quisiera ser, o hacer, o alcanzar. Tenemos tantos jóvenes esperando llegar a algo… y cuando pasan los años… mirando atrás a lo que nunca fue. La mayoría de los creyentes nunca alcanzan sus sueños - pero no porque Dios no lo quiere. Dijo Tozer, "Cuando estemos parados ante el trono de Dios no vamos a poder decir ‘Señor, quisiera haber alcanzado más de Ti en la tierra - más comunión , más fe,’ porque Dios nos va a decir, ‘Hijo, Yo te di todo lo que necesitabas para cumplir tu visión de Mí.’"
Tenemos mucha gente dando vueltas, tratando de transmitir algo de lo cual han oído solamente. No han pasado el proceso de clamor, búsqueda, dolor, quizás por años, hasta llegar a VER, OIR Y PALPAR. David comienza diciendo, "Dios mío eres Tú."
Recuerdo cuando fui al campo misionero por primera vez. Había un hombre de Dios que había tenido mucha experiencia, que había sido muy usado por Dios a través de los años. Un día me dijo, "Pablo, tienes que llegar al lugar donde puedes decir ‘Este es mi Dios, es el Dios que habla y que respalda lo que yo hago.’"
Vivimos en una edad de estructuras. Recuerdo cuando comenzó el movimiento de "discipulado." Se pensó que, "Si nosotros enseñamos las verdades, revelaciones que hemos tenido a estos y estos enseñan a esos y esos a aquellos, la Iglesia va a marchar en forma maravillosa." Pero no funciona así - no es así que Dios escoge obrar.
Tantos van al campo misionero y son derrotados. El choque cultural y espiritual los derrota.
"Mi alma tiene sed de Ti, mi carne te anhela David había tenido una experiencia con Dios. Alguien dijo, "Para cuando llegamos al final de la vida cada uno tiene su propia Biblia." Hay palabras que Dios me da a mí que no da a otros. Hay pasajes que han cobrado significado personal; hay versículos que se han levantado en mi vida como mojones.
Papá estaba comentando ayer, quizás me deja repetirlo, acerca de su accidente cuando saltó de la ventana de un hotel en llamas. Cayó a tierra y se rompió muchos huesos. Le examinó el doctor y le tapó la cara anunciando que iba morir. Papá retiró de inmediato la sábana de sobre su cabeza y le preguntó, "¿Ud. se refiere a mi, Dr.? ¡Dios me ha dicho que no moriré sino que viviré!" Y el Dr. casi se muere de la sorpresa.
Miramos a algunas palabras que Jesús dijo a Sus discípulos y admitimos que son hermosas. Pero si en un momento de desesperante necesidad has escuchado Su voz diciendo a ti, "No te dejaré, no te desampararé" es una palabra, además de hermosa, llena de poder a la que puedes volver día tras día - una palabra que crece hasta llenar toda la vida. ¡El no me dejará nunca!
¿Qué has oído? ¿Qué has visto?
David dice, "Quiero ver Tu Poder y quiero ver Tu gloria, aquí en el desierto como lo he visto en el santuario.
Una de las peores prácticas de la iglesia ha sido la de relegar toda experiencia cristiana a un edificio. Hay campos misioneros en peores condiciones hoy que una generación atrás. Están en peores condiciones hoy que hace dos mil años cuando Jesús vino, porque como Dios obra, así también obra el enemigo, pero de mal en peor...
y cada pecado y cada enfermedad y cada dolor
es añadida al peso de la oscuridad, al peso de opresión que cubre una nación.
y cada tristeza y cada cosa torcida y cada herida y cada cosa degenerada Tan fácilmente hablamos acerca del avance del cristianismo y hablamos de las tribus y países que hemos de penetrar y poseer antes de la venida del Señor y hablamos tonterías. ¿Cuál ha sido la penetración en profundidad en América del Sur por ejemplo, aparte de unos pocos países? ¿Qué se siente cuando uno habla a un nativo que no responde, que no expresa emoción alguna en el rostro, que está cubierto por dentro y rodeado por fuera con pesados mantos de oscuridad? Sabes, nuestras teorías pronto se esfuman.
"En tierra seca y árida" Es una tierra donde tarde o temprano, todo es consumido por la muerte. Cuando vamos a un país donde esta clase de ambiente espiritual reina, automáticamente caemos bajo su poder… a menos que el poder de Dios sea mayor en nosotros. ¿Es fácil hacer la obra de Dios?
Pero, ¿Cómo llegamos a la realidad que Dios desea? Llegamos por nuestra entrega total. No hay en el hijo de Dios tal cosa como un responder con medida. Alguien dijo que no hay nada peor que aquél que se da a Dios con medida.
He visto personas que iban a ir al campo
misionero pero dijeron, "Bueno, vamos a quedarnos aquí por un tiempo y casarnos... y después cuando haya nacido el bebé vamos." ¿Sabes?... ¡esta clase de gente nunca llegan! Primero nace un bebé luego otro y otro y después comienzan la escuela…
Si Dios me llama hoy, ¿cuándo es que espera mi obediencia? Alguien habló de la vida siendo como un juego de ajedrez. Uno dice, "Sé que puedo ganar, así que dejo a mi contrincante sacarme una pieza… y otra… y otra… y luego voy a ganar." ¡Y de pronto uno se da cuenta que no tiene suficientes piezas para ganar! Esto sucede cada día en la vida de los creyentes.
Un hombre es alguien que puede enfrentar el día y sus demandas y avanzar en la vida.
"Mi carne," dice David, "te anhela" Si es solo algo de la mente no va ir lejos. "Mi carne te anhela" - es algo más allá de la mente. Es algo que no puedo refrenar. Está allí, y no lo puedo acallar. Mi carne anhela - "Dios, tengo que ver," "Mi carne te anhela." No "mi alma te anhela." No "mi espíritu te anhela" sino mi carne Te anhela. Aun la parte temporal de mi ser quiere ver al Dios eterno - ver el Dios eterno haciendo Sus obras, revelando Su ser.
Dios anhela un pueblo que capta una visión y que reclama, "Dios, como he visto, así quisiera ver en esta tierra una manifestación." El tiene un propósito. El nos conoció a cada uno desde antes de la fundación del mundo. Hay un llamado - y no es para otro. Aun hoy, tiene que haber grandes renunciamientos si va ver grandes vidas en Dios.
"Dios, como he visto."
El hombre puede decir lo que quiere.
La única cosa que le interesa a Dios es un pueblo que ha escuchado "otra voz."
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